Lugares imperdibles de Buenos Aires II

Como os contaba aquí, estudié en Buenos Aires durante dos años y medio. Me fui de loca, sin conocer a nadie, sin tener dónde llegar, sin saber qué me iba a encontrar. Y me encontré con varias cosas y personas, que hoy, son mi vida: unos amigos para toda la vida, una carrera que me apasiona, conocí la nostalgia y, sobre todo, conocí a Carlos, el que hoy es mi marido y mi compañero de vida. Total, que la locura me salió redonda.

Cuando me aburría, cogía mi cámara y me iba a pasear por la ciudad y, de vez en cuando, encontraba alguna joyita en forma de tienda chula o de lugar mágico. Hay muchos rincones por descubrir en Buenos Aires y os quiero hablar de algunos de ellos:

Papelera Palermo

Es una tienda para amantes de lo craft, del bonitismo – como dice la wonder-, del papel, de lo artesanal y de lo único. Es una tienda – taller donde se fabrica el papel a mano y se hacen cuadernos chulísimos, de mil diseños. A mí que me encantan los cuadernos, más que a un tonto un lápiz, casi me da algo cuando entré por primera vez en la Papelera, tengo alguno aún sin estrenar de la pena que me da 😛

Esta divinura de tienda está en la Calle Honduras al 4945, ¡no os lo perdáis!

Plaza Serrano

A un pasito de la Papelera Palermo, está Plaza Serrano. Una plaza rodeada de bares que los fines de semana durante el día se convierten en tiendas de diseñadores alternativos, se encuentran cosas muy chulas, muy locas, atrevidas y originales.

Puro

Puro era mi perdición cada vez que pasaba por J.L.Borges al 2184. Es de esas tiendas que, aunque sabes que tienes los bolsillos llenos de telarañas y que entrar resulta algo masoquista, no puedes pasar por la puerta sin detenerte en el escaparate durante minutos y acabar entrando. Puro es una tienda de bolsos y zapatillas chulísimos. Combinan varias telas con polipiel y los diseños son muy chulos. Algo caros pero si vas con euros, el susto será menor 🙂

Plaza Dorrego

Esta plaza está en San Telmo. Puedes pasar cualquier tardecita y tomarte algo en una de las terrazas y ver algún espectáculo de tango callejero. No suelen ser malos y sólo te costará una propinilla merecida. Pero lo ideal, es pasar la mañana del domingo en la plaza. Se llena de puestos con antigüedades, fotografías antiguas, maletas viejas, muebles del año catapúm, letreros de calles, de todo lo que puedas imaginar, imperdible para las que os gusta reciclar, reutilizar y los mercadillos. Mi puesto preferido era el de los sifones viejos, me encantaba mirarlos y volví sin ninguno porque siempre andaba tiesa, pero… ¡al blog pongo por testigo que volveré a por mi sifón!

Por cierto, los domingos, en la misma plaza de Dorrego, se pone una pareja que a la vez que bailan tango, explican la historia del baile y su evolución. La verdad es que muy interesante y bailan muy bonito.

Plaza Francia

Plaza Francia está junto al cementerio de Recoleta, que no os podéis perder. Ya sé que suena raro ir de turismo a un cementerio pero es un auténtico monumento. Es precioso y  lleno de turistas alrededor de la tumba de Evita. Plaza Francia es una placita que los domingos estalla. Se llena de puestos de artesanos y de malabaristas amateur y profesionales. Hacen shows espontáneos y junto con un mate y unas facturas (pasteles) o unas galletitas, es un plan chulo para pasar el domingo.

MALBA

Es el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires y está en la Avenida Pres. Figueroa Alcorta 3415. Suele haber exposiciones itinerantes chulas y, la verdad, es que las obras fijas que tienen son muy buenas pero lo que es imperdible de verdad es la tienda del MALBA.Tienen cosas muy chulas y muy originales: muñecos, joyas, complementos y papelería, todo de autor.

Bueno, me dejo muchos lugares más, pero no quiero estresaros con tanto. Si alguien se va a dar una escapadita por tierras porteñas, que me escriba y no tendré ningún problema en ayudarle 🙂

Feliz día!

Lugares imperdibles de Buenos Aires (I)

En 2007 aterricé en Buenos Aires. Una maleta en una mano, un billete de sólo ida en la otra, las piernas temblando y muchísima ilusión en todo el cuerpo. Sin duda es una ciudad cosmopolita 100%, con mucha vida y muchas cosas para hacer. Como se acercan las vacaciones, voy a hacer una mini-guía de sitios imperdibles – como dicen los porteños a los lugares que no te puedes perder – si visitas la ciudad.

¿Dónde comer?

El paraíso de la carne

Nadie puede irse de Buenos Aires sin ir a una parrilla (vegetarianos seguid leyendo que también hay para ustedes!). Si hay algo que hacen bien los argentinos, además de venderse como nadie, es la carne. Tiernísima y con un sabor increíble.

Os recomiendo Siga la Vaca. Es un buffet libre que tiene varios locales por la ciudad. El de Puerto Madero está muy bien y ya que estáis conocéis esa zona.

El lugar siempre está a tope pero dont worry porque la espera se hace corta, mientras esperas que griten tu nombre, varios camareros pasan con trocitos de carne recién hecha. Una vez que la pruebes, querrás esperar lo que haga falta. Tiene barra de ensaladas, de embutidos, entrantes, quesos y una gran parrilla donde elegir qué corte te gusta y qué te apetece. Empieza por el bife de chorizo y fliparás, es el corte más caro y más rico. Casi siempre hay alguna especialidad del chef en el buffet para que no te pierdas ni una. El precio ronda los 20 y pico euros por persona, incluida una botella de vino y postre. El lugar no es para nada cutre, nada en plan buffet chino de barrio, todo está bueno y todo es de calidad.

Spring: inolvidable

Spring está en Bulnes al 2577. Es un buffet libre taiwanés vegetariano y para chuparse los dedos. Sushi, ensaladas, empanadas vegetarianas, pasteles de espinaca, puerro o brocolis, setas de mil tipos y comida oriental de la verdadera. Riquísimo y sanísimo todo. ¿El precio? 15 euros más o menos, bebidas a parte. Imprescindible una islita llena de verduras en el país de la carne.

Maizales!

Bueno, a este lugar, le tenemos bastante cariño porque fue donde celebramos nuestra mini boda. Se trata de un buffet libre internacional. Es un salón gigantesco donde hay varias cocinas visibles clasificadas por país: la cocina mexicana, japonesa, parrilla argentina, española, italiana…Te acercas con tu plato a cada «país» y te sirven lo que te apetezca mientras ves a los cocineros a tope. Además, para empezar, hay una mega torre con todo tipo de quesos y embutidos y otra torre con todo tipo de ensaladas y entrantes. Y, por supuesto, la mesa preferida de muchos: ¡los postres!. El precio del buffet es de 21euros más o menos. Está en el barrio de Caballito, José María Moreno 337.

Güerrin

Es inevitable no toparse con Güerrin porque está en la famosa Avenida Corrientes, llenita de librerías antiguas, teatros de revista, muchas plumas, mucho neón, mucha teta al aire y mucho encanto. Este lugar es una de las pizzerías más famosas de la ciudad. Puedes pedir una porción en la barra para un picoteo rapidito o sentarte y disfrutar de una pizzería de las de antes.

Status: mi debilidad

Status es mi debilidad. Era pensar en ir y me ponía nerviosa. Se trata de un restaurante peruano auténtico. La comida peruana quizá sea la más rica que haya probado en mi vida y no exagero. El lugar es muy normalito, sin extravagancias pero tiene un detalle que a mí también me enamoró. Las paredes están repletas de fotografías de Martín Chambí, un fotógrafo indígena del que me declaro fan «namberwan». Imperdible pedir el mero a lo macho y las papas a la huancaína. Todo para chuparse los dedos y muy contundente. No os lo perdáis. Está cerca de Congreso, en Virrey Cevallos al 178.

¿Dónde salir?

Para bajar el atracón de comida, os traigo varios lugares no turísticos donde pasar un buen rato.

La bomba!

La Bomba del Tiempo es un espectáculo de percusión y mucha improvisación que tiene lugar al aire libre, en el teatro Konex en Sarmiento al 3151. El fiestón tiene lugar cada lunes y el ambiente es único. Muy buen rollo.

El Álamo

Este bar está en Uruguay al 1175. El lugar es oscurito, tipo pub irlandés. Nosotros íbamos bastante porque había barra libre de cerveza hasta cierta hora y cierto día, la comida también era barata y siempre había buen ambiente. Es un buen lugar para charlar y pasar un rato tranquilo.

Bueno, no os saturo más de información. Más y mejor, en el siguiente post 🙂

Feliz día!

6 ideas originales para una despedida de soltera inolvidable

Cuando me casé, el juez nos repitió como tres veces: «¿estáis seguros del paso que estáis dando? Mirad que la soltería es el único estado civil al que es imposible volver. Después de esto podréis estar casados, divorciados o viudos. ¡Pero nunca volveréis a ser solteros!»

Se me quedaron los ojos como platos y pensé por un segundo: «Por Dios, qué estoy haciendo!», pero bueno…al final dije «Acepto» con la boca chica pero hasta el momento sin arrepentirme 🙂

Mi boda fue muy pero que muy repentina (¡tanto que me casé un lunes!), muy loca y muy pobre. No tuvimos viaje de novios, celebración por todo lo alto ni despedida de solteros. El fiestón queda pendiente y algún día llegará la revancha 🙂

Hasta el momento, ninguna de mis amigas cercanas se ha casado pero yo, que no quiero que ninguna se quede sin su mega fiestón, ya voy dándole vueltas a una despedida de soltera inolvidable, diferente y llena de sorpresas y hoy me apetecía compartirla con vosotros. Ahí voy:

1. Viaje en globo

Es algo que siempre me ha parecido muy mágico, muy vintage y muy guay. ¿Qué os parece empezar un fin de semana entre amigas con un viaje en globo y una botella de champagne? Es ideal para despedidas íntimas, con poquitas amigas, las de siempre, ¿para qué más?

2. Alquilar una casa rural o una casa en la playa

Podéis alquilar una casa rural para pasar el fin de semana juntas. Es una idea chula y divertida que alguna de vosotras se adelante un par de horas antes y vaya dejando por el camino colgado entre árboles, señales, postes o vendedores ambulantes posters grandes con fotos de la futura esposa con mensajes que le hagan reír. Su cara será un poema.

Después se me ocurre que podéis habilitar una habitación pequeña o espacio con una cámara de vídeo y un sillón, en plan confesionario de Gran Hermano, donde cada una podrá ir dejándole mensajes, consejos, chistes, deseos o recuerdos del pasado en cualquier momento del fin de semana. Un recuerdo bonito y divertido para la novia, ¿no?

Otra ideota es el famoso photocall. Una mesa, un par de cámaras desechables o una digital y mucha memoria y listo:

Seguro que acaba siendo un fin de semana inolvidable. Para que resulte más relajante podéis contratar un chef a domicilio y si queréis 0 horas de relax, podéis contratar un par de cursos chulos a domicilio.

3. Clase de baile

Una idea chula. Empezar la despedida con unas clases de baile. El que sea, el que más os divierta: danza del vientre, salsa, break dance o flamenco. Eso no importa, lo que cuenta son las risas y el cachondeo.

4. De viaje a un destino desconocido

Esta sorpresa me gusta mucho. Imaginaos llegar a casa de vuestra amiga en plan sorpresa. Ayudarle a hacer su maleta incluyendo bikinis, pareos, bufandas y abrigos. Para desconcertarla del todo. Taparle bien los ojos y…. ¡al aeropuerto! Escuchará por megáfono que está en un aeropuerto y esa cara será digna de mil fotos. Podéis buscar un destino chulo y baratito (suele haber buenas ofertas para Mallorca o incluso para alguna capital de Europa, eso dependerá del presupuesto del que dispongáis). Una vez allí podéis llevar a cabo alguna de las ideas que os he dado antes (el confesionario, el photocall, etc…)

5. Tarde de Paintball

Porque las chicas también somos guerreras, una tarde de paintball es un plan perfecto. Yo he jugado y es muy divertido. Y entre chicas seguro que más. Podéis hacer los grupos según criterios que den juego: solteras vs casadas, las que usan braguitas vs las que usan tangas…no sé cualquier locura es buena!!

6. El hotel del miedo

Esta idea me encanta porque más que de miedo creo que es un plan para mearse de risa. Se trata de la Quinta del Melque en Toledo. Un hotel donde cualquier cosa puede pasar y donde en cada rincón te espera un susto o una pesadilla. Esto sí que debe ser inolvidable y aquí por supuestíiiiisimo que sí colocaría el confesionario. Imagínaos las caras de pánico y los comentarios que pueden grabarse.

Esto es todo. Espero que os sirvan las ideas y que las caras de la novia merezcan la pena.

Feliz día!

El paraíso existe y está en Colombia

Soy sevillana, sevillanísima. Se me ponen los pelos como escarpias cuando leo la famosa cita de Antonio Gala: «Lo malo no es que los sevillanos piensen que tienen la ciudad mas bonita del mundo…lo peor es que puede que tengan hasta razón» y cuando llega marzo y se abren los azahares voy por la calle sonriendo de oreja a oreja. Pero eso no me hace negar lo que he visto con mis propios ojos…Sevilla, será la ciudad más bonita del mundo pero Colombia es el país más bonito del mundo.

Vale, yo tengo un vínculo especial con Colombia. Carlos, mi marido, es colombiano y tres de mis mejores amigas también. Pero os juro que estoy siendo objetiva. El año pasado por estas fechas volvía de estar tres meses en Colombia. Era la primera vez que iba y entre reencuentros con amigos, familia, etc, los tres meses se nos quedaron cortísimos pero el viaje al Tayrona era parada obligatoria.

El Parque Nacional Tayrona está en el Caribe colombiano. Pero Caribe de verdad, puro. Selva y playa. Nada de hoteles en primera línea de playa. Nada de pulseritas Todo Incluído. Nada de hamacas y mojito en mano. Nada de playas abarrotadas de turistas borrachos.

Una vez que se llega al Parque, nos queda un camino de hora y pico por la selva. Mochila en la espalda y a disfrutar del paisaje. Hay que llevar todo lo necesario para el tiempo que pensemos estar allí: tienda de campaña, comida,ollas, ropa, medicinas, etc. No vamos a un camping, no hay supermercado ni Mercadona cerca. El camino tiene tramos que se hacen pesaítos, por eso mejor hacer un viaje con todo lo necesario para no andar haciendo el camino cada dos días.

Si tenemos suerte, podemos encontrar varios bichitos por el camino: ñeques,  mariposas como una mano de grandes y de mil colores, monos tití y hasta monos aulladores.

¡Llegamos! Lo mejor es alojarse «Donde Andrés». Como os dije antes, no es un camping. Es la finca del tal Andrés y el te alquila un espacio por tres duros (el regateo es deporte nacional en Colombia, así que practícalo) para que pongas la tienda. El baño es un wc con una cortina de baño y la ducha es al aire libre y está junto a un riachuelo. Nada más parecido a Naúfrago.

Nos instalamos: tienda lista, ramas secas, dos pedruscos grandes y una reja y cocina lista, una cuerda entre dos árboles y tendedero listo. No necesitamos nada más. ¡A la playa!
El Parque es grande y tiene varias playas. Para ir de una a otra hay que caminar bastante (de nuevo por la selva). Hay playas para todos los gustos: de arena fina y blanca, de arena oscura, con olas, con agua tranquila como un plato, con corales para bucear, playas en las que no ves a nadie en todo el día, playas con más ambiente… Pero todas vírgenes. Naturaleza 100%. Incluso si pateas bastante y estás al loro, descubrirás dos playas escondidas atravesando un manglar.

Hay pescadores a quién les puedes comprar una pieza para darte un homenaje o, si lo prefieres, hay un quiosquillo (algo parecido a un chiringuito) en uno de los accesos a la playa donde te cocinan el pescado muy rico. En otro de los accesos hay una señora que vende arepa’ehuevo (arepas de huevo), no os las perdáis por nada del mundo. Y esa es toda la oferta gastronómica, el resto tiene que salir de vuestro arte con las ollas y vuestra habilidad en coger cocos y plátanos.

Hay una ruta hacia Pueblito, un antiguo pueblo indígena. Es duro pero muy chulo. El camino está compuesto por lozas de piedra, algunas de ellas están un poco sueltas y suenan cuando las pisas, ésto fue invento de los indígenas para saber, por el sonido, si subía gente hacia su poblado y cuántos eran. Ahí si que es muy probable que se dejen ver algunos monos aulladores o al menos, seguro que los escuchas.

Por la seguridad no tenéis que preocuparos. Ese problema está muy controlado en Colombia, digan los medios lo que digan. Os dejo este vídeo para que flipéis y os convenzáis.

Bueno, espero que os animéis a conocer Colombia. Vais a disfrutar de verdad, por algo es el segundo país más feliz del mundo, ¿no? 🙂