Y hasta aquí llegué.
Llevo cuatro meses y medio (justo la edad que tiene Lola) llevando un ritmo que tarde o temprano me llevaría a la locura y en el borde del abismo me hallo. Sí, todas somos invencibles. Trabajo, familia, pareja, casa, ocio, amigos y 24h de guardaespaldas de un bebé es demasiado hasta para una superwoman. Por eso he decidido colgar el antifaz y la capa, lavarlos (¿lavarán los superhéroes sus uniformes?) y ponérmelos cada vez que me apetezca. Así será más divertido y más gratificante, al menos para mí.
Lo que quiero decir con este parrafón es que no me tomo vacaciones ni nada por el estilo, pero voy a tomarme las cosas con más relajo empezando por el blog. No quiero que mi paso por aquí sea una obligación y acabar publicando lo que sea con tal de publicar. No os lo merecéis. Así que las entradas dejan de ser diarias y los posts llegarán de sorpresa, cuando me apetezca, pueda y tenga algo interesante que compartir con vosotros.
Esos mofletes bien se merecen una madre sana mentalmente y con menos ojeras, ¿no creéis? 🙂
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