La habitación de Lola

Hoy os quiero enseñar la habitación de Lola.

Hace ya un par de meses que el síndrome del nido llegó a mi vida y nos pusimos manos a la obra a hacer de una habitación que sólo tenía una camita, lo que ahora váis a ver. Queríamos que tuviera bastantes colores, animales y un guiñito a Colombia, para que Lola tenga siempre presente sus orígenes.

La cunita la tenemos en nuestra habitación por dos razones: para tenerla cerquita en la primera etapa y por falta de espacio.

Carlos estuvo ensayando poniéndole el pañal a una muñeca y ahí se quedó ambientando el cambiador 😉

La cómoda blanca y la jaula son pequeños tesorillos que, cuando abrimos el local de Malanga, encontramos abandonados. Una buena lijada y algunas capitas de pintura blanca y voilá, perfecto. La cómoda me vino perfecta para tener a mano la ropita de Lola y a la jaula le colocamos unas luces de las de Navidad para crear un ambiente cálido y relajante, a ver si nos sale tranquilita la bebota 🙂

Para las estanterías decidimos comprar unos especieros Bekvam de IKEA. Mejor tener las tapas de los libros hacia el exterior. Supongo que a los niños les llama más la atención y los tienen más a la vista para elegir. Ya sabemos que Lola no va a nacer leyendo pero justo he ganado libros en dos concursos que he participado desde que me quedé embarazada y las estanterías se han llenado sin esfuerzo económico. El único librito que para mí era imprescindible tener es el de mi amiga Pilar Roca, ¿Para qué sirves perrito?, del que ya os hablé aquí.

Enmarcamos unas laminitas de tres de las cientos de tribus que hay en Colombia y quedaron así de chulas.

Y, por último, os enseño estos percheros de pajaritos que compramos en una tiendecita preciosa que hay en la C/ Feria de Sevilla, Diego Camacho se llama y yo, al menos, no puedo dejar de pararme en su escaparate cada vez que paso por la puerta.

Espero que os haya gustado y que dentro de nada Lola disfrute jugando en su cuartito 🙂